Defectos comunes que esquivar a la hora de una entrevista de trabajo.
Una entrevista de trabajo es mucho más que una conversación; es una vitrina donde cada detalle cuenta para proyectar la mejor versión de ti mismo. Para profesionales y ejecutivos, dominar este escenario es crucial. Si bien la preparación es clave, conocer y evitar ciertos "defectos" o errores comunes puede marcar la diferencia entre avanzar al siguiente nivel o quedarse en el camino.

Uno de los errores más críticos, y sorprendentemente frecuente, es la falta de preparación. Esto incluye:
- No investigar la empresa y el puesto: Llegar sin conocer a fondo la organización, sus valores o las responsabilidades del rol denota una falta de interés y compromiso.
- Impuntualidad: Un retraso envía un mensaje claro de desorganización y poco respeto por el tiempo ajeno. Planifica tu llegada con antelación.
- Hablar negativamente de empleos o jefes anteriores: Aunque hayas tenido experiencias difíciles, centrarse en las lecciones aprendidas y cómo te prepararon para el futuro es siempre más profesional que criticar.
En cuanto a la comunicación y la actitud, hay puntos delicados que pueden considerarse "defectos":
- Clichés al hablar de debilidades: Evita frases como "soy demasiado perfeccionista" o "trabajo demasiado". Es mejor ser honesto, seleccionar una debilidad real y explicar cómo trabajas para mejorarla.
- Falta de entusiasmo: Un lenguaje corporal apático o respuestas monótonas pueden indicar desinterés.
- Comunicación poco concisa o evasiva: Ser directo y claro en tus respuestas, sin divagar, demuestra profesionalismo.
- Interrupciones constantes: Escucha activamente y espera tu turno para hablar.
- Lenguaje corporal inadecuado: Evita cruzar los brazos, la falta de contacto visual o posturas que denoten nerviosismo o cerrazón.
Finalmente, hay "banderas rojas" que es mejor evitar por completo. Afirmaciones como "soy muy impuntual" o "no soporto el estrés" son motivos casi inmediatos de descarte. La arrogancia o el exceso de confianza, así como mentir o exagerar tus habilidades, también son actitudes perjudiciales. Recuerda que la entrevista es un diálogo bidireccional; hacer preguntas pertinentes y bien pensadas sobre el puesto y la cultura de la empresa al finalizar, demuestra tu interés genuino y preparación. Evitar estos tropiezos te permitirá presentarte como un candidato pulido y seguro, listo para el siguiente desafío profesional.