El Volkswagen que cruzó el Lago de Chapala.
No hay duda de que los mexicanos nos caracterizamos por ser un pueblo alegre y carismático, expresando nuestra cultura con grandes celebraciones y con muchas historias por contar. Pero hay una historia en concreto que ha trascendido la cultura popular mexicana, convirtiéndose en una anécdota curiosa y que marcó a muchas generaciones. En la nota de hoy, te queremos contar un poco sobre el Vocho que cruzó el Lago de Chapala.

Existen diferentes versiones de la historia sobre cómo fue desarrollado este proyecto en la Ribera de Chapala, en el estado de Jalisco. En 1968, la empresa alemana Volkswagen, recibió diferentes quejas de los clientes sobre algunos problemas que presentaban sus automóviles, específicamente con la filtración del agua. Por lo que se decidió comprobar a los usuarios la durabilidad y resistencia de sus productos con un ocurrente experimento, cruzar el lago más grande del país con el fin de demostrar la resistencia del sedán del 68 y reforzar su promesa de venta.
Los involucrados en este ambicioso proyecto fueron 8 ingenieros mexicanos de la marca alemana, los cuales estaban liderados por: Marcelo de Loza, Feliciano Jiménez y Javier Aréchiga. Para hacer todo este trabajo, se tuvieron que realizar distintas modificaciones al vehículo, con el fin de que pudiera desplazarse por el agua sin ninguna dificultad.
Como antesala del gran evento, los involucrados asistieron al parque Ávila Camacho, en Guadalajara, para realizar las primeras pruebas en una presa. Protegiendo el motor y las partes eléctricas para que el vehículo no se viera afectado. Tras prueba y error, se generaron las adaptaciones necesarias que permitieron una última prueba frente al faro de Chapala el primero de septiembre de 1968.
Fue el 8 de septiembre de 1968, el día que se emprendió el viaje del sedán por la Ribera de Chapala. El trayecto comenzó en San Luis Soyatlán, seguido de Ajijic y terminando la odisea en Chapala. Todo el trayecto tuvo una duración aproximada de 5 horas y una distancia recorrida de 24 kilómetros.
Después de esta gran hazaña, el famoso Vocho Anfibio, fue reparado y regresado a su estado original, exhibiéndose en una agencia de Volkswagen en Guadalajara.
Sin duda, este tipo de historias son las que forman a una gran marca, como lo es Volkswagen, que ha dejado un gran legado en nuestro país y en todo el mundo. En Grupo GUMA y Grupo automotriz NAOSA, nos sentimos orgullosos de ser parte de la historia de Volkswagen México, siendo fundamental en la movilidad e innovación del país.